domingo, 21 de febrero de 2016

"Coruña de ayer". A modo de pórtico


Quizás el paso de los años impida hacer un exhaustivo ejercicio de recuperación de la memoria de hechos vividos; quizás toda la información almacenada pueda ser recuperada de un forma un tanto distorsionada; sin embargo todavía, de alguna manera, permanecen relativamente frescos en los recuerdos algunos episodios de los que fuimos testigos años atrás y que, de vez en cuando, recordamos mientras una mueca de divertida sonrisa se dibuja en nuestro rostro.

“Coruña de ayer” no es otra cosa que una puesta en común de vivencias y recuerdos, vividos todos ellos en primera persona, que tuvieron por escenario aquella Coruña de finales de los años 60 y principios de los 70, con algún guiño a años anteriores. Una serie de recuerdos hechos presente como si de una especie de peculiar autobiografía se tratase.
Nuestro Cantón mayor


En esencia se trata de un conglomerado de artículos periodísticos, sin un orden previamente establecido, que hacen referencia a lugares, hechos y personajes relacionados con la Marineda de aquellos años.

¿Por qué los últimos años de la prodigiosa década de los 60 y los primeros de la de los 70? Muy sencillo. Fue en esos años donde, por razón de edad, comenzamos a despertar a una maravillosa juventud que tuvimos la suerte de vivir en una ciudad mágica como la de La Coruña en la que hemos nacido y esperamos morir.

“Coruña de ayer” es eso, un cúmulo de pequeñas historias de andar por casa, sin más pretensión que recuperar recuerdos y anécdotas, algunas de ellas simpáticas y divertidas, en las que se relata cómo vivíamos episodios de tanta trascendencia como la Navidad, la Semana Santa, los veranos herculinos y, por supuesto, la omnipresente noche de San Juan con sus encantos y misterios; lugares que frecuentábamos para cortejar a la linda coruñesa de nuestros sueños; personajes que por aquel entonces llamaban nuestra atención por sus singulares peculiaridades y por supuesto vivencias ciudadanas, algunas de ellas irrepetibles, compartidas por una buena parte de coruñeses.

¿Quién que haya vivido en aquellos años no recuerda el desaparecido cine Avenida, en pleno Cantón mayor, al lado de la librería Arenas, como el punto de cita y encuentro elegido por un buen número de coruñeses? ¿Quién no conserva en su memoria la imagen, aunque sea un tanto distorsionada, de Casal con su carrito y su monita “Casilda” realizando mil peripecias circenses a cada cual más “arriesgada”? ¿Cómo olvidar la magia y encanto con la que se vestía cada tarde de curso escolar la Avda. de Rubine transformada en calle de moda juvenil con el apelativo de “Rubine Street”? ¿Quién no recuerda las innumerables boites de Marineda...?

Pues de eso se trata este conglomerado de historias, de recordar hechos, lugares y personajes conocidos de la mayoría de los coruñeses que vivimos aquellos años en los que Marineda comenzaba a desperezarse, caminando resuelta por los caminos del progreso y la modernidad pero sin perder su esencia de entrañable capital provinciana.

Dejémonos llevar por la magia de los recuerdos a un tiempo en que los días transcurrían más lentos, saboreando cada instante, en las calles y plazas y rodeados de las gentes de esta maravillosa ciudad que se llama La Coruña.
 
José Eugenio Fernández Barallobre.