Inauguración de las casas del campo de Marte. |
Se escogió aquella víspera de San Juan de
1928, para inaugurar, en el campo de Marte, 24 casas ya habitadas por sus
propietarios y de paso homenajear al presidente de la cooperativa de casa
baratas Ramón Maseda y a su junta directiva.
Las casas aparecieron la mañana del día 23
engalanadas con colgaduras con los colores de la bandera Nacional, y en la nueva barriada sonaron ecos de disparo
de bombas de palenque y pasacalles a cargo de la banda de música del Hospicio.
El alcalde de la ciudad, Jesús Casares, que presidió el acto, se encargó de
descubrir una placa de mármol, muy artística, obra del escultor Escudero, en la
casa que habitaba el señor Maseda que con grandes sacrificios y perseverancia
había logrado que la nueva barriada fuese una realidad. Posteriormente hubo un
almuerzo adonde acudieron los 24 asociados del proyecto, A la tarde hubo carreras de sacos y merienda,
realizándose a la noche una alegre y concurrida
verbena, amenizada por la Banda del Hospicio, rematando la fiesta con la quema
de una gran hoguera.
Liceo de Artesanos de Monelos. |
Igualmente en numerosas calles de la ciudad
se quemaron las tradicionales hogueras y se celebraron verbenas en las calles
de San Juan, Independencia, Progreso, campo de Artillería, donde, además de una orquesta, sonaron
diversos organillos. Ya a la tarde el barrio había contado con los pasacalles
de un gaitero. En la reunión de Artesanos de la Silva tuvo lugar también otra
verbena de la noche de San Juan amenizada por la orquestina Coruña. Igualmente
hubo verbenas en la plaza de Pontevedra, Orzan, Riazor y Santa Lucia.
Por su parte en el barrio de Monelos, la
sociedad Liceo de Artesanos, organizada por iniciativa del entusiasta vecino
del barrio, Juan Rois, abría sus nuevas y flamantes instalaciones. La fachada
de la sociedad se hallaba engalanada con banderas españolas y profusamente
iluminada. La banda de música de las Escuelas Labaca ofreció un concierto a la tarde y a la noche
hubo una animada verbena. La nueva sociedad contaba con una nutrida biblioteca
y destacaba también una artística pérgola situada en sus jardines con una
amplia pista de baile. A cumplimentar a su presidente Tomás Salvadores y junta
directiva, acudieron miembros de las directivas
del club Náutico, Sporting club y Casino de clases. La nueva sociedad contaba
con doscientos socios.
Arzobispo de Compostela Don Zacarías Martínez |
En el día de San Juan la ciudad se engalanó
para recibir la visita del Arzobispo de Santiago doctor Zacarías Martínez que
fue recibido de forma oficial por el gobernador Civil, autoridades civiles y
militares, sociedades, entidades y congregaciones en Altamira, acompañando al
arzobispo en larga caravana automovilista hasta la Iglesia de Santa Lucia, donde
pasó revista, acompañado por el Capitán General de la Región Sánchez Ocaña, a una
compañía de Infantería que le rindió honores. A continuación Don Zacarías, ya
revestido de pontifical, se trasladó en procesión hasta la Colegiata de
Santa María del Campo donde se cantó un
Te Deum y saludó a los feligreses. De seguido se celebró en el palacio
municipal la recepción de autoridades, invitados y pueblo en general, que
llenaban con su presencia, no sólo el salón de sesiones, sino también la plaza
de María Pita. En la sala capitular se situó un trono desde el cual el
arzobispo fue saludando a las nutridas comisiones militares, civiles, eclesiásticas
y de todos los sectores de la vida coruñesa.
La recepción finalizó con un magnifico lunch y Don Zacarías se retiró a descansar a la residencia de las
Capuchinas.
Aun permanecería unas jornadas más en la ciudad, la cual visitó, ofició Misa
en la Capuchinas, cumplimentó a las primera autoridades y presidió en el
palacio Municipal el banquete oficial, que en su
honor, le dispensó el Ayuntamiento, amenizado por la Orquestina Coruña y
cuyo menú incluyó huevos Orleans, Langosta en dos salsas, menestra de
legumbres, Pollo al estilo Madeira, Crema Praliné, Tarta Real, frutas, habanos,
vinos de rioja, gallegos, champan francés, café y licores.
El arzobispo, que impartiría confirmaciones en
diversas iglesias, pasó luego unos días de estancia privada en La Coruña, lo que
aprovechó para realizar diversas excursiones a Betanzos, Sada, Meirás,
regresando posteriormente a Santiago, dejando un mensaje de agradecimiento,
cariño y su bendición apostólica al pueblo de La Coruña.
Calin Fernández Barallobre.