A pesar de la lluvia, la Noche de San Juan se celebró en
diferentes barrios de la ciudad. En la
calle de la Torre, en Progreso, en San Juan, en el Campo de Artillería, donde
la sociedad “El temporal” echó la
casa por la ventana con una lucida fiesta, hubo animación pero la lluvia restó
a la jornada festiva incalculable número de personas. La mayoría de las calles estaban
iluminadas a la veneciana, con
farolillos de gas, música, bailes y mucha animación y alegría. Al final de la
calle de la Torre se situó una murga que hizo las delicias de numerosas parejas
de bailarines que resistieron heroicamente el enorme chaparrón pero que al
final tuvieron que desistir y refugiarse en numerosos portales donde prosiguió
el baile, amenizado por varios organillos, hasta más allá de las doce de la
noche.
El pabellón Lino festwjó aquella noche de San Juan con un
magnifico baile y la puesta en escena de la obra de Jacinto Benavente “Los malhechores del bien”. El local
estuvo concurridísimo. El Sporting club, debido a la pertinaz lluvia, cambió su
verbena de la noche de San Juan, que iba
a tener lugar en el parque del Leiron, por
una elegante y alegre fiesta en su local de la calle Real
También en Santa
María de Oza, tuvo lugar una animada
verbena y donde a la mañana siguiente, al igual que en las Jubias, se dieron
cita numerosas parejas de jóvenes a
comer, como mandaba la tradición, las fresas por San Juan.
En la tarde del día en honor al Bautista, en la calle de
San Juan, hubo iluminación eléctrica, música y baile, simulándose por una
comparsa la botadura del Acorazado España con un magnifica nave hecha en madera
y cartón. Al finalizar la verbena se elevó al cielo un zeppelín. En las calles de
Cartuchos y Mercado, hubo verbena, suelta de globos grotescos y fuegos de
artificio. Afortunadamente la lluvia había dado un respiro.
Calin Fernández Barallobre.