El alcalde Manuel Iglesias Corral prohibía las Hogueras en la Noche de San Juan |
Especialmente
polémica resultó la Noche de San Juan de 1933, al emitir el Ayuntamiento
coruñés, el día 23 de junio, a través de
la prensa, un bando firmado por el
alcalde de la Ciudad, Manuel Iglesias Corral, que había accedido al
cargo en julio del año anterior, sustituyendo a Juan González Rodríguez, y en
donde instaba a los miembros de la Guardia Municipal a perseguir cualquier tipo
de hoguera que se instalase en las
calles de la ciudad, a fin de cumplir con el ancestral tradición rito del fuego
en honor a San Juan Bautista.
El
bando decía así: “ Teniendo en cuenta la
Alcaldía las molestias que se irrogan al vecindario con la tradicional costumbre
de las hogueras de San Juan, encendidas en la vía pública, las cuales ocasionan
además deterioros en el pavimento asfáltico y producen todos los años gran
número de accidentes, he dispuesto que por los agentes de la Guardia Municipal
se evite terminantemente la aludida práctica tradicional en las calles del casco de la urbe , y en
todos aquellos lugares en que puedan ocasionar perjuicios. La desobediencia a
los agentes de la autoridad en este aspecto será sancionada con las multas
correspondientes”.
Ese
mismo día La Voz de Galicia llamaba a la
juventud a la prudencia dejando en su páginas el siguiente comentario: “Es de suponer que, aunque padezca la
tradición, no haya contraventores, Y también que la prudencia se imponga entre
la mocedad de las afueras, para el número de chamuscados, contusos y heridos sea menor
que otras veces. Hubo año en que el balance de heridos más parecía una
batalla que una verbena”.
Al
día siguiente La Voz de Galicia daba cuenta desde sus páginas que el bando del
alcalde no se había cumplido de ningún modo, al no haber guardia municipal
nocturna y que una gran cantidad de gente, desacatando el bando,
tranquilamente, seguras de que nadie habría de atajarles, gozó con las hogueras
que ardieron por toda la ciudad. Eso sí de nuevo la lista de heridos, quemados
y contusos fue muy elevada, la mayoría de carácter leve, salvo un caso que tuvo
que ser atendido de quemaduras en brazos, piernas y vientre.
En
esa víspera de San Juan el Ateneo
popular de Santa Lucia celebró en el parque de la Fábrica de Cervezas Estrella
de Galicia, una verbena amenizada por la orquestina Barral. El parque lució una
esplendida iluminación y estuvo lujosamente decorado.
En
el centro cultural de San Roque de Afuera tuvo lugar una animada verbena amenizada
por una rondalla. También en los salones del Liceo de Monelos y del Centro
Cultural Herculino, se dieron cita numerosas personas que bailaron hasta bien
entrada la madrugada.
El
señor Teijido, organizador de la fiestas de San Juan en Palavea avisaba a
través de la prensa que él no tenía nada que ver con la organización de los
festejos de ese año ni por supuesto participarían en ellos las señoritas Dorita
Zapata y María Teijido, que se supone eran las guapas del barrio (nota del
autor).
La
compañía de teatro Martín Pierre, con la notable artista Amparo Martí como
primera figura, triunfaba en el Teatro Rosalía con la obra “Hay que vivir” que le
permitió un magnifico lucimiento
escénico, cosechando grandes aplausos de los espectadores que llenaron el
teatro.
Avión Cuatro Vientos |
En
el día de San Juan tuvo lugar en la Capilla de San Roque la tradicional Misa y
Ofrenda al Santo Precursor con una
comunión general celebrada a las ocho de la mañana y solemne Misa cantada
a las once, a la que acudió una gran
cantidad de fieles. Al final del
Sacramento quedó expuesto el Santísimo para su adoración hasta las siete de la
tarde en que finalizaría la Novena.
Tanto La Voz
de Galicia como el Ideal Gallego llevaban a sus portadas la incertidumbre y
pesar que sentía la sociedad española tras la desaparición en Méjico del Avión
“Cuatro Vientos” a cuyos mandos iban los pilotos capitán de Ingenieros Mariano Barberán y Tros de Ilarduya y el teniente de Caballería Joaquín Collar Sierra, que escribieron, por aquellas fechas, una nueva página
histórica de las alas españolas, cruzando por primera vez, a bordo de un Breguet XIX GR, el océano atlántico por su parte central, en la ruta que había marcado Cristóbal Colón en 1492, guiándose no solo
por brújula sino por un complejo plan de orientación por las estrellas, organizando el
vuelo en dos etapas: una desde Sevilla a La Habana, vía Isla de Madeira y San
Juan de Puerto Rico; y otra de La Habana a México D.F, saliendo
en la madrugada del día 10 de junio desde el aeródromo sevillano de Tablada llegando, sin paradas intermedias, a
Camagüey, al estar en malas condiciones climatológicas el aeropuerto de
La Habana, el día 11 de junio a las 20:45 hora local después de 39 horas y 55 minutos
de vuelo y 7.895 km recorridos, siendo agasajados Barberán y
Collar con grandes muestras de cariño bullicio y admiración.
Mariano Barberán y Joaquín Collar |
Al día siguiente el Cuatro Vientos tomó tierra en
el aeropuerto de La Habana, donde los aviadores fueron recibidos como héroes
por miles de personas y por las autoridades cubanas que les tributaron un
homenaje sin igual, siendo agasajados durante días en ambientes sociales,
políticos, culturales y mercantiles, no faltado el homenaje de las distintas
colectividades españolas.
El 20 de junio el avión elevó el vuelo desde La Habana en dirección a Ciudad de México, donde lo esperaba
una multitud de unas 60.000 personas para darles la bienvenida y reconocer su gran hazaña. La travesía comprendía
un vuelo de 1920 km que estaba previsto se realizase en unas 12 horas. Ese
día fueron vistos en diferentes lugares hasta Ciudad del Carmen, donde a partir
de esa posición desaparecieron. De Barberán y Collar nunca más se supo.
Calin Fernández Barallobre. .