jueves, 25 de junio de 2015

La arribada del Juan Sebastián Elcano

Más o menos debió ser en enero o febrero de 1999 cuando, por medio del entonces Comandante de Marina de La Coruña, el Capitán de Navío Salazar Camarero, tuvimos conocimiento de que en el siguiente mes de junio arribaría a nuestro puerto el Buque Escuela Juan Sebastián Elcano en la que sería su primera singladura coruñesa.

Tan emblemático buque de nuestra Armada llegaría a la ciudad en vísperas de la celebración de la noche de San Juan de aquel año que ponía fin a un milenio, lo que en la práctica supondría que se encontraría entre nosotros en las fechas críticas del programa de aquellas HOGUERAS.
Buque Escuela de la Armada "Juan Sebastián Elcano"

Conocidos estos extremos, el pleno de la Junta Directiva, aprobó que se realizasen gestiones para que una representación de los Caballeros Guardiamarinas embarcados en el buque asistiesen, como invitados, a la cena de gala que, en honor a las Meigas, se serviría en la noche del 21 de junio.

Cursada la correspondiente invitación al Almirante Jefe del Estado Mayor de la Armada, este aceptó con mucho gusto la amable invitación, garantizando que una representación de los Alumnos embarcados en el Buque Escuela asistiría a dicha fiesta.

Tras la respuesta afirmativa por parte de la Armada, se puso en conocimiento de las Meigas y comenzaron a ultimarse detalles como el obsequio que íbamos a entregar al Buque; relación de otras personas, especialmente mandos del navío, a invitar a dicha cena; etc.

Los días se fueron consumiendo y con la llegada de mayo comenzaron a desarrollarse los actos de las HOGUERAS-99 para las que había sido elegida Fátima García Castro como Meiga Mayor.

Tuvimos oportunamente confirmación de que el buque arribaría a la ciudad el día 21 y que permanecería en el puerto hasta la mañana del 24 lo que nos permitió valorar la posibilidad de invitar a otra representación a que viviese con nosotros las noche de San Juan, a buen seguro desconocida para la mayoría de los Alumnos embarcados.

Sin embargo sucedió algo que cambiaría notablemente nuestros planes.

Conocidas por el Ayuntamiento las fechas de arribada del buque, el Alcalde, Francisco Vázquez, programó una serie de actos para agasajar a la dotación y alumnos, especialmente por ser la primera vez que el barco atracaría en La Coruña. Supongo que el primer edil coruñés cursaría la correspondiente invitación por medio del Almirante Jefe del Estado Mayor, invitando a los Guardiamarinas a un acto a celebrar en la Plaza de María Pita, primero, y a una recepción en el Palacio Municipal después, revestida de toda la pompa necesaria.

Comprometido el AJEMA con nosotros y como si en algo se han distinguido siempre nuestros marinos es en su incuestionable honor y exquisita educación, tuvo que rechazar la invitación municipal aduciendo compromisos adquiridos con anterioridad.

Así las cosas, una mañana de finales de mayo, recibo una llamada telefónica en mi lugar de trabajo en la que la Secretaria del Alcalde me anuncia que me va a pasar con el primer regidor municipal ya que quiere hablar conmigo.

La conversación que mantuvimos no fue demasiado larga. En pocas palabras me expuso su proyecto para celebrar un acto de gran envergadura la tarde del día 21 consistente en un homenaje a María Pita y en una recepción en el Palacio Municipal. Yo le señalé que para esa misma noche teníamos prevista la cena de gala en honor a las Meigas a la que asistiría una representación de los Guardiamarinas embarcados, respondiéndome que lo sabía y que por eso me llamaba tratando de buscar algún arreglo.

Le comenté que para nosotros era inviable cambiar la fecha salvo que la trasladásemos a la noche del 23 de junio, noche de San Juan, ofreciendo un baile al que invitar a los alumnos embarcados. La idea le pareció bien y cerramos el acuerdo tras decirme que los problemas que pudiesen derivarse de este cambio los asumiría él fuesen del tipo que fuesen; igualmente me indicó que invitaría a las Meigas tanto a la recepción en el Ayuntamiento como al baile que seguidamente se ofrecería en el R.C. Náutico y que además haría la gestión cerca del AJEMA para el cambio de fechas.

Todo ello deja bien a las claras la caballerosidad demostrada por el Alcalde Francisco Vázquez y su afán conciliador, toda vez que siendo como era el Ayuntamiento el principal soporte económico de las HOGUERAS le habría bastando enviarnos un mensaje subliminal, a través de terceros, para zanjar el asunto; sin embargo prefirió hacerlo personalmente, con elegancia, tratando de buscar, como se logró, un acuerdo capaz de satisfacer a todas las partes. 

Y así fue. Las Meigas, con Fátima a la cabeza, asistieron el día 21 al acto organizado por el Ayuntamiento que resultó muy vistoso y elegante, propio de una etapa histórica de nuestra ciudad en la que se cuidaba el detalle y las formas, y posteriormente al baile ofrecido en el Náutico que compartieron con los Guardiamarinas. Al día siguiente, día 22, fueron invitadas a una recepción a bordo del buque Escuela en la que se dio cita la mitad de La Coruña.

Nosotros, por nuestra parte, cerramos en el Hotel Riazor el baile de la noche de San Juan cursando las invitaciones correspondientes en las que la Meiga Mayor se convirtió en anfitriona de la fiesta al invitar en su nombre.

Llegada la noche de San Juan, la Meiga Mayor recibió a los invitados, encabezados por el Capitán de Navío Lobo Montero, Comandante del buque, acompañado de Oficiales y Guardiamarinas embarcados. Desde la privilegiada atalaya de los balcones del Hotel Riazor presenciaron el paso de la Cabalgata de San Juan y a Noite da Queima a cuya conclusión se inició el baile que fue abierto por la Meiga Mayor y por el número uno de la promoción.

La velada, para la que se había establecido etiqueta como vestimenta para asistir, resultó inigualable, el marco incomparable y la organización perfecta en todos los sentidos. El baile se prolongó hasta la madrugada y todos los asistentes quedaron encantados de aquella mágica noche de San Juan plagada de anécdotas.

Al día siguiente, alguna de las Meigas se embarcaron en el Juan Sebastián Elcano para realizar una navegación hasta Ferrol, dando así por terminada la estancia del buque en nuestra ciudad.

Como anécdota decir que Lorena García, una de las Meigas de Honor de aquel año, conoció, en aquellos días, a uno de los Guardiamarinas que pasado cierto tiempo se convertiría en su marido y padre de sus hijos.

Simplemente resta señalar como recordatorio que la Comisión Promotora de las Hogueras de San Juan fue la única Entidad privada coruñesa que homenajeó, como corresponde, a tan señero buque, representante de España en los cinco Continentes, y a su distinguida dotación con motivo de su primera y hasta ahora única estancia en nuestra ciudad.

 
José Eugenio Fernández Barallobre.