1976. El año de la VII Meiga Mayor Marisa López Pérez.

Marisa López Pérez VII Meiga
mayor de las Hogueras
de San Juan de La Coruña

Una infinidad de problemas tuvo que soportar ese año la comisión Promotora de las Hogueras de San Juan para llevar a buen puerto la organización de las fiestas en honor al Bautista. La VI Fiesta del Aquelarre Poético, presentada un año más por el locutor de Radio Juventud Carlos Beceiro Ledo, a la que siguieron una palabras del presidente de la Comisión, Eugenio Fernández, tuvo lugar -ante al negativa de la dirección del Instituto Eusebio da Guarda a ceder el magnifico paraninfo- en el salón de actos del Colegio de la Compañía de María, que lucia una magnifica decoración, la proclamación de Marisa López Pérez como séptima Meiga Mayor de las Hogueras de San Juan A Marisa le acompañaban sus Meigas de Honor Sira Prieto, Marian Rodríguez, Isabel Carro, Isabel Ruso, Mar Rodríguez, Begoña Taboada, Beatriz Seoane y Araceli Arrillaga. Marisa hizo entrada en el salón del brazo del pregonero, el abogado y escritor coruñés Juan Antonio Martínez Sevilla. El teniente de alcalde del Excmo. Ayuntamiento de La Coruña, José Peña Bermúdez, en nombre y representación del alcalde de la ciudad, impuso la banda acreditativa de Meiga Mayor a Marisa entre los aplausos del público que llenaba por completo el salón de actos del colegio de la Enseñanza. Una vez proclamadas las Meigas a quien se les agasajó con regalos y ramos de flores, se procedió a dar lectura a las composiciones ganadoras del premio Cardo de plata de poesía que recayeron en María Dolores de la Torre por su poema “El verano ha llegado” y en Carlos Ortuondo por “Amanecer al progreso”. La Meiga Mayor Marisa López entregó los cardos de plata a los ganadores, entre los aplausos de los asistentes. 

La ceremonia de Proclamación de las Meigas de las HOGUERAS-2016

Hoy he sabido que la Ceremonia de Proclamación e Imposición de Bandas a las Meigas 2016 se celebrará, el próximo día 17, en la magnífica Sala de Cultura del Sporting Club Casino como consecuencia de la negativa - mejor dicho a la "callada por respuesta" - dada por el Alcalde de la marea a celebrarla en el Palacio de María Pita como venía siendo habitual. 

A fuerza de ser sincero he de decir que la noticia me alegró en la medida de que finalmente, si Dios quiere y la Asociación de Meigas tiene a bien invitarme, asistiré a dicho acto, algo que no haría en el supuesto de que la Ceremonia se celebrase en el Ayuntamiento bajo la presidencia del Alcalde. 

 

Banda de la Meiga Mayor

Hogueras de San Juan para el recuerdo

La fecha del alto junio se vivía en Marineda, allá por la década de los 60, con plenitud, especialmente por parte de la chiquillería. Durante los días previos, de un lado a otro, los más jóvenes, corrían transportando enormes troncos, hurtados con astucia; viejos y apolillados muebles salidos del más recóndito e inaccesible de los trasteros o cualquier elemento susceptible de ser convertido en combustible, por mor de las llamas sanjuaneras.

Quizás, el símbolo más importante de la hoguera, el elemento diferenciador con las demás y por ello el de más difícil adquisición fuese el llamado "palo mayor". Su búsqueda, localización y consecución era preocupación constante por parte de todos ya que este elemento constituía el eje de la hoguera, su centro y en función de él estaba el tamaño e impronta de toda la lumerada.

Por ello, se pergeñaba un plan, minucioso y detallado, para su sustracción, teniendo la precaución de mantener todo ello como el secreto más celosamente guardado, en evitación de que otros se adelantasen o simplemente que el titular del objeto a sustraer se alertase y doblase su vigilancia, algo que desgraciadamente sucedía en más ocasiones de las deseadas.

Aquellas Hogueras de los primeros años

"Coruña de ayer". La procesión de Jueves Santo

Tal vez esa neblina en la que quedan sumidos los recuerdos con el paso de los años no permita devolver a la memoria, con toda la frescura, el recuerdo de hechos vividos; quizás lo más que se puede lograr es una recuperación un tanto distorsionada de la realidad; sin embargo, de una u otra forma, todavía permanecen relativamente frescos en los recuerdos algunos episodios de los que fuimos testigos años atrás y entre ellos sin duda están aquellas procesiones del Jueves Santo coruñés de los inicios de la década de los 60.

La Coruña fue siempre ajena a los tópicos relacionados con la Semana Santa que hablan del profundo aroma a flores primaverales mezclado con el olor inconfundible de la cera al quemarse; tampoco nuestra ciudad fue escenario nunca de vistosos desfiles procesionales en los que tallas de incalculable valor o belleza hacen estación de penitencia por plazas y avenidas; ni siquiera la querida Marineda se ha distinguido por ver discurrir por sus calles largas filas de cofrades vestidos con hábitos multicolores. Más bien todo lo contrario. La Semana Santa coruñesa constituía – de hecho aún lo constituye en la actualidad - un estadio en la vida cotidiana, un parón en el inicio de cada primavera, que se vivía con cierto recogimiento y con una religiosidad un tanto peculiar.

Paso de "El Prendimiento" de La Coruña, obra de José Rivas (años 40)