sábado, 2 de diciembre de 2017

Las Patronas Militares

Marineda, tradicional “plaza fuerte” y sede, por entonces, de la Capitanía General de Galicia, gozó durante muchos años de la presencia de un fuerte componente Militar. Su Guarnición, compuesta por efectivos de casi todas las Armas y Cuerpos, constituía una importante presencia en el normal desarrollo de la vida ciudadana.

Efectivos de Infantería, Artillería e Ingenieros se mezclaban con otros de Intendencia, Sanidad, Veterinaria, Farmacia, Automóviles, Policía Militar o Servicio Topográfico, convirtiendo las calles del centro coruñés, cada tarde después del toque de “paseo”, en un animado discurrir de jóvenes uniformados, venidos de cualquier parte de España, en busca de una linda coruñesa a la que intentar “ligar” mirándola a los ojos.

Desfile de Fuerzas de la Policía Armada en Juana de Vega en 1971 con motivo de la celebración del Santo Angel de la Guarda, su Patrón

La presencia Militar en las calles de Marineda, al final de la década de los 60 y principio de los 70, se hacía patente en muchas fechas del año pero especialmente en aquellas remarcadas de rojo en el particular calendario de los Ejércitos.

Eran tradicionales las recepciones que se celebraban en el Palacio de Capitanía los días 6 de enero, Pascua Militar; 18 de julio, conmemoración del Alzamiento Nacional o 1 de octubre, fiesta de la exaltación de Francisco Franco a la Jefatura del Estado, lo que implicaba, además de las Salvas de Ordenanza, disparadas por una Batería del Regimiento de Artillería de Campaña nº 28, desde las inmediaciones del Castillo de San Antón, la consabida revista y posterior desfile de la Compañía de Honores del Regimiento de Infantería Isabel la Católica nº 29 ante las Autoridades y representaciones ubicadas en la entonces Plaza del General Franco, hoy de la Constitución. 

También era habitual que esa misma Compañía de Honores cerrase las principales procesiones coruñesas: la de Corpus, donde la Guarnición cubría carrera; la de Dolores o el Santo Entierro e incluso la del Rosario, eran citas obligadas en las que el pueblo coruñés observaba con emoción el paso de los Soldados. 

Sin embargo esa presencia castrense se ponía aun más de manifiesto, excepción hecha de los frecuentes desfiles anuales o de algunos otros actos de carácter militar, en las fechas en que los distintos Cuerpos de la Guarnición celebraban sus Patronas o Patrones. En tales ocasiones, la Plaza de María Pita, se convertía, igual que la noche agosteña de la cena de gala al Jefe del Estado, en magno patio de armas donde celebrar el acto militar propiamente dicho.

En tales fechas, la Compañía o Batería de Honores, con Bandera o Estandarte, del Cuerpo que celebraba su fiesta anual, partía de su acuartelamiento desfilando, al airoso ritmo de una Marcha, por las calles coruñesas hasta llegar a la Plaza de María Pita donde, a los pies del Ayuntamiento, quedaba constituida la formación. Tras los honores al Capitán General y la ulterior revista, la Bandera o el Estandarte eran conducidos de forma solemne al interior de la iglesia de San Jorge donde se celebraba el oficio religioso previo al tradicional desfile de la Fuerza con que se cerraba el acto. Luego la fiesta continuaría en Atocha, Zalaeta, San Amaro...

La Inmaculada, Santa Bárbara, San Fernando, Santa Teresa, el Perpetuo Socorro o San Cristóbal eran fechas en las que infantes, artilleros, ingenieros, intendentes, personal de Sanidad o de Automóviles, se daban cita en el corazón de La Coruña para homenajear a sus Patronas y Patrones. 

Especial mención merecen otras dos celebraciones. La del Santo Angel de la Guarda, Patrón de la Policía Gubernativa, cuyos actos centrales se celebraban en la iglesia de los Jesuitas siendo la calle de Juana de Vega testigo de las marciales evoluciones de la Compañía de Honores de la Policía Armada y la de la Virgen del Pilar, Patrona de la Guardia Civil, que se celebraba igualmente en la Plaza de María Pita.

Incluso cabe mencionar la fiesta que la Comandancia Militar de Marina celebraba, sin parada militar, en la jornada del 16 de julio y que tenía lugar también en la iglesia de San Jorge para luego continuar en la sede la Comandancia.

Las marciales Compañías o Baterías de Honores con la Bandera o Estandarte al frente, precedidas de la Escuadra de Gastadores o Batidores, según los casos, y de la Banda de Cornetas y Tambores y la Música del Gobierno Militar, discurrían alegres por las calles de una Marineda que se asomaba emocionada y respetuosa para ver pasar la Bandera y a sus Soldados.

Eran años en que los Ejércitos salían a la calle confundiéndose con ese pueblo del que forman parte indisoluble. Fechas en que los más pequeños corríamos, siempre que las obligaciones estudiantiles nos lo permitían, a las calles de La Coruña para ver desfilar a la Tropa. Días de emoción contenida y de forja de vocaciones muchas veces frustradas. Años en los que en Marineda las cosas se vivían de otra manera.

Eugenio Fernández Barallobre.