domingo, 2 de octubre de 2016

.-1922. Puñaladas en la Noche de San Juan.

Calles Castelar y Estrella.
Pocas verbenas hubo aquella noche de San  Juan de 1922, que sin embargo mantuvo la animación en las calles, pues fueron centenares de personas las que se echaron a ellas hasta bien entrada la madrugada con grupos de amigos cantando y tocando acordeones. Lo que no faltaron fueron las hogueras que se encendieron por doquier en todos los puntos de la ciudad.

En la situada en la Plaza de Pontevedra, hubo que atender  al niño Luis Pérez, que sufrió quemaduras de pronóstico leve al quemarse saltado dicha hoguera. En la verbena de la calle de la Torre, de las pocas verbenas que tuvieron lugar aquella noche, una pareja de guardias de seguridad  tuvo que detener  a Antonio Vázquez, su hermano Eduardo y Manuel Pombo  por promover un monumental escándalo. 

En la hoguera quemada en la calle del Corralón riñeron, yéndose a las manos, Josefa Meijide y una mujer conocida como María “la chambona”, resultado con heridas leves la primera, de las que fue asistida en la casa de socorro. Una pareja del cuerpo de Seguridad se llevó a comisaria a la Chambona y después de prestar declaración quedó en libertad con cargos.

Pero lo que verdaderamente empañó aquella noche de San Juan fueron las puñaladas acaecidas sobre las once y media en la céntrica calle de la Estrella, durante una pelea que se produjo por antiguas rencillas entre Salustiano González, de profesión camarero y Cirilo Campos, propietario de una fonda sita en la calle de la Franja. Cuando ambos veían arder una hoguera en la calle de Mantelería, comenzó la  discusión que fue in crescendo y finalizó con Cirilo acometiendo con una navaja a Salustiano, ocasionándole ocho heridas en antebrazo, brazo, tórax, mano derecha y  otras partes del cuerpo. El agresor se dio a la fuga y el herido  pidió auxilio a una pareja del Cuerpo de Seguridad que prestaba sus servicios  en la esquina del Cantón Grande con la Calle Castelar, rogándoles le acompañasen a la casa de socorro para curarse y donde le pronosticaron las ocho heridas como reservadas.

Conocido por las fuerzas del orden que Cirilo vivía en la calle de la Franja, otra pareja del Cuerpo de Seguridad se presentó en la fonda que regentaba y procedió a detener al agresor, Conducido a la  comisaría de Policía, fue sometido a interrogatorio, negando Cirilo todo lo que se le imputaba. Ante su negativa  a reconocer los hechos fue puesto a disposición del juez de instrucción del distrito de la Audiencia.

Cuando Cirilo era trasladado de la Comisaría  a la Prevención de Seguridad, este intentó fugarse en la calle de San Andrés.  Los guardias que le custodiaban abrieron fuego contra el huido, disparándole varios tiros, uno de los cuales hirió en el muslo izquierdo a Cirilo que ingresó en el Hospital quedando custodiado por dos guardias de Seguridad. La noche sanjuanera había sido movidita y sangrienta.

Al día siguiente a las once de la mañana tuvo lugar en la Capilla de San Roque la Misa solemne en honor a San Juan Bautista que durante el día recibió a centenares de fieles que acudieron a visitarlo y a participar en su novena. Ese sábado a la tarde se celebraron las tradicionales merendiñas en el campo de la Torre de Hércules, donde debido al magnifico tiempo reinante, se dieron cita numerosos vecinos que merendaron, bebieron, cantaron y bailaron hasta  cerca de las once de la noche.


Calin Fernández Barallobre.