lunes, 3 de julio de 2017

1932. Numerosos jóvenes quemados y contusionados en una movida Noche de San Juan.

Corporación Municipal de 1932 con su alcalde Juan González
Fue aquella Noche de San Juan de 1932  muy movida y accidentada, debido sobre todo a imprudencias y falta de vigilancia por parte de la guardia Municipal. Numerosos heridos por quemaduras se dieron en varios barrios extremos y calles del centro de la ciudad. En la casa de Socorro de la calle del Hospital fue asistido de quemaduras un niño de once años vecino de San Pedro de Visma; otros dos de once y ocho años respectivamente, domiciliados en la Travesía de Vera y calle del Hospital; una niña de siete años con quemaduras en un brazo domiciliada en San Amaro.

Los veranos coruñeses

Es innegable que La Coruña, nuestra querida Marineda, es una ciudad asomada al mar, una ciudad que mira a la mar de cara convirtiendo sus azules y grises en un singular paisaje urbano donde los serenos atardeceres del Orzán producen inolvidables crepúsculos veraniegos, teniendo como fondo un horizonte pleno de misterios indescifrables bajo la atenta mirada del ojo del gran cíclope, flirteando con los colosos de acero que guardan callados la ensenada. 

miércoles, 14 de junio de 2017

La sex simbol de mi calle

Hay hechos y personas a lo largo de la vida que nos impactan de manera especial y se conservan en los recuerdos dejando una huella indeleble, una huella que por muchos años que transcurran todavía provocan una sonrisa cada vez que aquel recuerdo vuelve a nosotros.


La Noche de San Juan, un canto a la imaginación y el encantamiento

Es sin duda la Noche de San Juan una noche mágica y de encantamiento donde dejando volar a la imaginación se abren de par en par las invisibles puertas del “otro lado del espejo” la que nos introduce al conocimiento del futuro y a las dimensiones mágicas de la realidad. Podremos comprobar esa noche cómo se nos permite el acceso a grutas, castillos y palacios encantados y como se liberan de sus prisiones princesas, reinas e infantas cautivas merced a un embrujo, ensalmo o maldición; braman las culebras, los dragones y vuelan los “caballucos del diablo”, tres caballos alados que se deslizan por los cielos aterrorizando a las gentes; salen a dar vespertinos paseos a la luz de la luna seres femeninos misteriosos en torno a sus infranqueables moradas; afloran enjambres de raros espíritus duendiles amparados en la oscuridad de la noche; gallinas y polluelos de oro se pasean por los bosques haciendo ostentación de su áureo plumaje. El demonio anda suelto