sábado, 18 de junio de 2016

1918. La Octava de la Pescadería y la Víspera de San Juan coinciden un año más. La Receta de Picadillo: Sardinas Rellenas.

De la Iglesia de Santiago salió aquel año la Octava de la Pescadería.
Aquel 23 de junio de 1918 fue domingo. De nuevo coincidieron en el espacio y en el tiempo, la Octava Sacramental de la Pescadería y la víspera de la ancestral Noche de San Juan.
La Procesión de la Octava  salió  a las siete de la tarde de la Iglesia de Santiago, después de que el Magistral de la Colegiata, Don Baltasar Pardal, pronunciase un elocuente sermón. En dos largas filas iban representaciones del Ejército, Audiencia y Asociaciones Católicas, así como un nutrido grupo de niños en traje de primera comunión, precediendo a la imagen de la Purísima.  

Portaba el guion el fiscal de la Audiencia Provincial señor Santullano. La presidencia de la Procesión recayó en el General Jefe de Estado Mayor, señor Domingo y en el Presidente de la Audiencia, señor García López. Portaban las varas del Palio, donde iba el Santísimo, seis jefes y oficiales de la guarnición. Una compañía del Regimiento de Infantería con bandera y música dio escolta a la comitiva.  Fuerzas de Infantería cubrían carrera. En la explanada de la Dársena, se hallaban situadas fuerzas de Artillería y dos escuadrones de Caballería lo hacían en la plaza de María Pita. Ingente cantidad de público presenció el paso de la Procesión.
Mientras la calle de la Torre y adyacentes como San Juan, Independencia, Campo de Artillería, Trabajo, San Roque y Hospital, se preparaban para celebrar la noche más corta del año, la de San Juan. Las calles de San Juan y de la Torre, lucieron adornadas con profusión de luces, flámulas, gallardetes, escudos y arcos de ramaje. Centenares de personas bailaron hasta la madrugada al compás de charangas, murgas y organillos. Se prendieron numerosas hogueras y dos globos se lanzaron al cielo desde la calle de San Juan.
En el día de San Juan, fueron centenares de personas las que se acercaron al templo de la calle de San Roque donde se veneraba la imagen de San Juan Bautista. Hubo Misa solemne y a la tarde en las inmediaciones de la Torre tuvieron lugar  las clásicas “merendiñas” amenizadas por una banda de música. El baile y la jarana de cientos de vecinos, se prolongó hasta el anochecer.
El popular PIcadillo, en la foto acompañado
por el no menos popular Don Paquito, fallecía en
ese año de 1918. 
El popular Manuel María Puga y Parga “Picadillo”, dejaba, ese día  23 de junio, a sus lectores del Orzán, la siguiente receta culinaria para celebrar la festividad de San Juan. Sardinas rellenas. Se abrían las sardinas, sacándoles la espina y se  rellenaban de un picadillo de carne, jamón, perejil, ajo, cebolla y un poco de tocino. Se rebozaban en huevo y se freían  en buen aceite. Se colocaban posteriormente en una tartera y se regaban con un sofrito a base de pimientos, tomates, cebolla, ajo y perejil muy picados. Se dejaban hervir tres minutos y se servían acompañadas de buen pan y mejor vino, a ser posible tinto.  Sería la última receta sobre el tiempo sanjuanero que escribiese el popular  ex alcalde pues fallecería en septiembre de ese mismo año víctima de la gran epidemia de gripe que asoló al viejo continente.
Con motivo del día de San Juan, que seguía, por orden del Papa, sin ser festivo, el restaurante Fornos colocaba en su carta Langosta con mayonesa, Bacalao a la Vizcaína, Lengua estofada, cocido castellano y bistec estilo Fornos. Era un buen plan culinario para celebrar por todo lo alto la festividad del Bautista. Y a fe de que muchos coruñeses así lo hicieron.

Calin Fernández Barallobre.