La paulatina y constante incorporación de las Meigas, tanto mayores como infantiles, no solo a un mayor número de actos del programa de HOGUERAS, sino también a otros de la vida social de la ciudad organizados tanto por Instituciones como por Entidades, recomendó programar unas jornadas en las que se comunicase a las Meigas aspectos de su interés que redundarían en mejorar la imagen que a través de ellas pretendía dar la Comisión Promotora.
Lo que un principio tan solo obedecía a la necesidad de exponer a las Meigas, con todo detalle, los pormenores en materia de horario, ubicación, etiqueta, etc., de los actos del programa a los que tenían que asistir oficialmente, pronto se convirtió en una puesta en común de otros aspectos de relevante importancia que habrían de ayudarlas a mejor comprender su papel contribuyendo a un más fácil desenvolvimiento en su función de representación.
Lo que un principio tan solo obedecía a la necesidad de exponer a las Meigas, con todo detalle, los pormenores en materia de horario, ubicación, etiqueta, etc., de los actos del programa a los que tenían que asistir oficialmente, pronto se convirtió en una puesta en común de otros aspectos de relevante importancia que habrían de ayudarlas a mejor comprender su papel contribuyendo a un más fácil desenvolvimiento en su función de representación.