El paso de los años nos va dejando recuerdos, huellas de nuestro discurrir por la vida, pequeños retazos de insignificantes detalles que nos hacen evocar la magia de los instantes vividos.
Lugares, nombres, incluso olores que nos devuelven a situaciones que se han ido quedando atrás con el rítmico paso del tiempo inexorable y así la música, una melodía o una canción, es capaz, por si misma, de transportarnos a otros momentos que constituyeron espacios vividos con plena intensidad.
Se trata de melodías o canciones que, con solo escucharlas, reivindican aquellas vivencias y nos devuelven rostros, nombres, situaciones, instantes vividos que llegan todavía con plena vigencia a nosotros.
Lugares, nombres, incluso olores que nos devuelven a situaciones que se han ido quedando atrás con el rítmico paso del tiempo inexorable y así la música, una melodía o una canción, es capaz, por si misma, de transportarnos a otros momentos que constituyeron espacios vividos con plena intensidad.
Se trata de melodías o canciones que, con solo escucharlas, reivindican aquellas vivencias y nos devuelven rostros, nombres, situaciones, instantes vividos que llegan todavía con plena vigencia a nosotros.
Comitiva de la mañana del 23 de junio |