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Magnificas
fiestas la que se celebraron en el
Leiron del Sporting Club
y en el parque
de Riazor con motivo de la víspera de San Juan.
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Hubo mucha animación y numerosos bailes en diferentes barrios de la ciudad para celebrar la Noche de San Juan de 1913. En el barrio de Santa Lucia, donde también festejaron la octava sacramental de la parroquia con procesión incluida del Sacramento, se bailó hasta más allá de la una de la madrugada. La prensa destacaba la belleza del numeroso mujerío que se había echado a la calle para lucir su garbo y su palmito. Luces eléctricas, arcos de flores, farolillos de colores, escudos, banderolas y un sinfín de organillos que alegraron por todo los alto la víspera de San Juan en la plaza de Pontevedra, Camino Nuevo, Castiñeiras o Monelos. En la parte alta de la ciudad, fiel como siempre al Santo precursor, hubo mucho bureo tanto en Tabares, como en Progreso, Campo de Artillería y Torre.
En la calle de la Independencia, que lucía hermosa y profusamente iluminada, hubo primero dianas y alboradas, se vendieron las consabidas hierbas de San Juan y a la noche una gran verbena amenizada por una banda de música, así como fuegos de artificio, globos y la quema de una gran hoguera. Por su parte en la zona de Panderas, las calles del Orzán y Cordonería se llenaron de música y alegría. Una de las verbenas, al hallarse levantada la calle de Panderas con motivo de las obras de alcantarillado, se celebró en la calle estrecha de San Nicolás que se hallaba llena de farolillos y guirnaldas e incluso un farolón que representaba a la Torre de Hércules y dos organillos que no pararon de tocar.