domingo, 31 de mayo de 2015

De la Festa da Cantiga a la Fiesta del Aquelarre Poético

En el verano de 1967, de la mano del inolvidable Luis Iglesias de Souza, Comisario del Festival Internacional de La Coruña, se celebró la primera edición de la "Festa da Cantiga"; aquellos Juegos Florales sirvieron como marco, durante los años en que se organizaron, para la solemne proclamación de la Reina de las Fiestas de María Pita, en un acto sobrio y elegante con el que se levantaba el imaginario telón del siempre populoso agosto coruñés.

Festa da Cantiga 1969

En aquella primigenia edición, coincidente con el IX Festival de La Coruña, dentro de los triste e inexplicablemente desaparecidos "Festivales de España" - supongo que su desaparición obedeció a una decisión política por el simple hecho de que el Organismo de Festivales de España, y sus magníficas actividades como propagador de la cultura popular, nació durante el Gobierno del General Franco, motivo, para algunos, más que suficiente para liquidarlo aunque, desgraciadamente, no fuese reemplazado por nada -, el ganador fue el poeta ferrolano José Mª Pérez Paralle quien dio lectura a su trabajo en el transcurso de la fiesta que se celebró en aquel antiestético auditorio portátil, formado por dos semiesferas, instalado en la explanada del Estadio Municipal de Riazor y en el que se proclamó a la coruñesa María Mariñas Lage como Reina de las Fiestas, actuando de mantenedor el Presidente de la Real Academia, Sebastián Martínez Risco.   

Tras aquella primera edición, la "Festa da Cantiga", continuó su andadura, celebrándose en marcos tan poéticos y señeros como el Jardín de San Carlos, el patio de armas del Castillo de San Antón o el regio Salón de Sesiones del Palacio Municipal coruñés, vestidos con las mejores galas para cita tan especial.

Personalmente, tuve la oportunidad de asistir a dos de estas fiestas; una, la celebrada en el Castillo de San Antón, en el verano de 1969, y otra, en el Salón de Sesiones del Palacio Municipal, en 1974. Dos marcos singulares para un acto en el que se cuidaban las formas estéticas de su puesta en escena, contando con el siempre vistoso concurso de Maceros, Heraldos y Guardia Municipal con uniforme de gran gala lo que le confería una especial solemnidad a la que también contribuía el hecho de la obligatoria asistencia de etiqueta de todos los invitados.

En estas dos ocasiones, imagino que en las restantes sería similar, los recintos elegidos para su celebración fueron suntuosamente engalanados con banderas, reposteros y adornos florales, contando con el apoyo y el magnífico hacer del Servicio de Actos Públicos del Ministerio de Información y Turismo que, merced a la inminente llegada a la ciudad del Jefe del Estado, sentaba sus reales en La Coruña.

El esquema de la "Festa", por lo que puedo recordar, constituía una constante en todas las ediciones. Tras el solemne desfile de honor de la Reina y sus Damas de Honor, vestidas con impolutos trajes de noche blancos y acompañadas por el mantenedor, los poetas ganadores y los miembros del Jurado, el Alcalde, procedía a proclamarlas como reinas de las coruñesas fiestas de María Pita que iniciaban su andadura agosteña. Después, tras leer el acta del Jurado otorgando los premios poéticos en castellano y gallego, los poetas ganadores daban lectura a los trabajos premiados, recibiendo, de manos de la Reina de las Fiestas, la "Flor natural" y las 20.000 pts., con que estaban dotados, al menos en su edición de 1974. El broche de oro lo ponía el mantenedor con el pregón de las Fiestas y un "Vino Español" - en 1974 se sirvió una cena - con que se agasajaba a los invitados.

La "Festa da Cantiga" alcanzó su décima edición que cumplió en 1976, desapareciendo como también lo hizo la figura de la Reina de las Fiestas coruñesas que ya jamás volvería a ser proclamada. 


Fiesta del Aquelarre Poético 1974

Inspirados en aquellas ediciones de la "Festa da Cantiga" que tuvimos ocasión de presenciar, en 1971, nuestra Fiesta del Aquelarre Poético, inició su andadura con el fin de proclamar, con la mayor solemnidad posible, a la Meiga Mayor y a las Meigas de Honor de las HOGUERAS.

Fue la tarde del 23 de junio de 1971 cuando el magnífico Paraninfo del Instituto Eusebio da Guarda fue testigo de excepción de la proclamación de la II Meiga Mayor, Ana de Aspe de la Iglesia, en el transcurso de la I Fiesta del Aquelarre Poético. Con ello se iniciaba un largo camino hasta llegar a su cuadragésimo quinta edición que celebramos este año.

En aquella ocasión, dos poetas locales, José Luis Modroño y Alfonso Gallego - este ganaría la edición de la "Festa da Cantiga" de 1969 -, serían los que escribirían sus nombres con letras de molde, inaugurando una larga lista de poetas ganadores, venidos de toda España e incluso de fuera de ella, premiados en las diferentes ediciones de la Fiesta del Aquelarre.

Dentro de nuestras limitaciones y nuestra pertinaz austeridad por falta de medios, aquella I Fiesta del Aquelarre colmó las expectativas en ella depositadas. El marco elegido, inigualable, se vistió de gala e incluso su escalera monumental se jalonó con soldados vestidos a la usanza del siglo XVI español, confiriéndole un aspecto solemne y elegante.

Con el paso de los años, además del decimonónico Paraninfo del viejo Instituto Femenino, el Salón de actos del Colegio de la Compañía de María, el Restaurante "Os Arcados", el Teatro Colón, la Sala de Cámara del Palacio de la Opera y el Teatro Rosalía Castro, alojaron las sucesivas ediciones de la Fiesta del Aquelarre en las que fueron proclamadas todas las Meigas mayores de las HOGUERAS coruñesas.

Muchas cosas han desparecido en nuestra ciudad desde el ya lejano 1971. Edificios señeros, actos de gran relieve o simplemente inolvidables rincones, se han ido quedando en el camino con el paso de los años. Dentro de esta panoplia de recuerdos perdidos destaca, como no, la "Festa da Cantiga" que un día decidió bajar para siempre su mágico telón de glamurosa elegancia, convirtiéndose en una sombra del pasado de muy difícil recuperación.

¿Quién nos iba a decir que nuestra Fiesta del Aquelarre, mucho menos pretenciosa, iba a sobrevivir el paso de los años, manteniéndose viva y pujante cuarenta y cinco años después?; ¿quién nos iba a decir que aquella elegante "Festa da Cantiga", de iniciativa municipal, no rebasaría los diez años de vida?

Atrás se ha quedado el Festival Internacional de La Coruña y con él aquellas inolvidables noches de Zarzuela, Teatro, Música y Ballet en el viejo coso taurino de la calle de Médico Rodríguez, en el antiestético auditorio de Festivales o en el Teatro Colón. Atrás se han quedado también las románticas "Noches de la Ciudad Vieja" en sus marcos del Jardín de San Carlos, Castillo de San Antón o en las románicas y barrocas iglesias de la Ciudad Vieja y la Pescadería. Atrás se ha quedado la "Festa da Cantiga" con sus inolvidables proclamaciones de la Reina de las Fiestas de María Pita y con todo ello, también se ha perdido un poco del alma de la ciudad.


Fiesta del Aquelarre Poético 2015

Algunos dicen que todo aquello está ya superado, pasado de moda; incluso lo tildan, con cierto tufillo despectivo, de decimonónico y todo ello ha justificado su desaparición. Sin embargo, ¿por qué lo hemos sustituido? Lamentablemente por nada. Se ha quedado el vacío sin que nada ni nadie se haya preocupado de llenarlo con algo que pueda estar más acorde con los tiempos. Una lástima que más que nadie lamentarán las generaciones venideras a las que se les privará de mágicas noches de poesía bajo la luna veraniega de España, soñando con hermosas damas de largos cabellos azabache o con apuestos caballeros de mirada profunda y serena.

Muchas cosas se han perdido con el paso de los años en nuestra querida Marineda; sin embargo, un año más, la mágica fiesta de las HOGUERAS levantará su telón con otra inolvidable Fiesta del Aquelarre Poético en la que exaltaremos la belleza y la donosura de nuestra Meiga Mayor y sus Meigas de Honor.

José Eugenio Fernández Barallobre