lunes, 29 de febrero de 2016

"Coruña de ayer". Aquella Semana Santa que yo conocí

La Semana Santa de principios de los años 60 comenzaba, igual que hoy, con el multitudinario procesionar de Nuestra Señora de los Dolores de tanta raigambre en nuestra querida Marineda no en vano nos liberó de la fatídica epidemia de peste de 1854, circunstancia esta que le granjeó la devoción de miles de coruñeses que, desde ese momento, cada vez que llega el viernes anterior al inicio de la Semana Mayor se asoman a las calles de la Pescadería para ver discurrir, entre gran recogimiento, esta hermosa talla de vestir de la Virgen enlutada.

Aquella procesión que transitaba, entre otras calles, por la de San Andrés desfilando delante de la airosa torre del reloj de la Caja de Ahorros, tristemente derribada y perdida para siempre para nuestra ciudad, la abría la desaparecida Banda de Cornetas, Tambores y Gaitas de los Aprendices de la Fábrica de Armas y la cerraba la Compañía de Honores, con Bandera, Banda, Escuadra y Música, del Regimiento de Infantería Isabel la Católica nº 29, también perdido para la ciudad tras su marcha a tierras pontevedresas. El cortejo lo presidía la Autoridad que ostentaba la representación del Jefe del Estado y en él figuraba un nutrido grupo de Representaciones de todos los estamentos de la vida coruñesa.

Contraluz en Jueves Santo

sábado, 27 de febrero de 2016

1915. Lluviosa noche de San Juan con concurso de feos en el campo de Artillería.


A pesar de la lluvia, la Noche de San Juan se celebró en diferentes barrios de la ciudad.  En la calle de la Torre, en Progreso, en San Juan, en el Campo de Artillería, donde la sociedad “El temporal” echó la casa por la ventana con una lucida fiesta, hubo animación pero la lluvia restó a la jornada festiva incalculable número de personas.  La mayoría de las calles estaban iluminadas  a la veneciana, con farolillos de gas, música, bailes y mucha animación y alegría. Al final de la calle de la Torre se situó una murga que hizo las delicias de numerosas parejas de bailarines que resistieron heroicamente el enorme chaparrón pero que al final tuvieron que desistir y refugiarse en numerosos portales donde prosiguió el baile, amenizado por varios organillos, hasta más allá de las doce de la noche.

martes, 23 de febrero de 2016

¿Valió la pena?

Llevo tiempo dándole vueltas a esta sencilla cuestión, una pregunta que gira una y otra vez en mi cabeza tratando de encontrar una respuesta capaz, al menos, de darme o negarme una autosatisfacción. 

Desde muy joven, debido a mi formación, me inculcaron una máxima que me ha acompañado, a lo largo de los años, hasta nuestros días. Una norma de conducta, de vida diría yo, que se resume en esta frase: No se trata de lo que pueda hacer España por mí, sino lo que puedo hacer yo por España; algo extrapolable, bajando un par de escalones, es de aplicación a mi ciudad y en consecuencia no es relevante lo que pueda darme La Coruña sino lo que yo le pueda dar a ella.
La Cabalgata de 1972

domingo, 21 de febrero de 2016

"Coruña de ayer". El Carnaval de nuestra juventud

El Carnaval, extraño y misterioso, con su interminable legión de disfraces de brujas, demonios y monstruos, siempre estuvo rodeado en Marineda de ciertas peculiaridades que lo convierten en diferente al celebrado en otras ciudades similares. Fue siempre un Carnaval entrañable, incluso divertido, aunque, al igual que otras muchas cosas, un poco de andar por casa.

Por supuesto en los años 60 no era como ahora y por tiempo de Carnaval todo el mundo concurría a clase, máxime los que estudiábamos en Colegios religiosos cuyos sacerdotes o monjas no veían con buenos ojos que acudiésemos a bailes o concursos carnavalescos por lo que aprovechaban esas fechas para organizar interminables ejercicios espirituales o meditaciones que nos retuviesen en el colegio hasta últimas horas de la tarde.
Papelería "La Poesía". Todo un hito donde comprar todo tipo de artículos de Carnaval